Primero que todo debemos diferenciar entre lo que es la Investigación, del Desarrollo, de la Innovación.
La Investigación es el método por el cual se intenta dar respuesta a un problema con lo que se posibilita la obtención de nuevos conocimientos a través de la formulación y comprobación de hipótesis, teorías, leyes; este tipo de investigación se asocia normalmente a lo que se conoce como investigación básica.
Por otro lado, el Desarrollo se asocia normalmente a la investigación aplicada y que corresponde a la concreción de una investigación. Es en esencia la investigación orientada a objetivos prácticos para la obtención de productos, diseños, métodos concretos susceptibles de ser patentados y que pueden ser sujetos a una explotación comercial.
Mientras que la Innovación es la mejora continúa a través de la búsqueda permanente de una mayor eficiencia y eficacia en un producto, proceso o servicio a través de la incorporación de nueva tecnología. La incorporación de pequeñas mejoras a un proceso, producto o servicio, es la esencia de la innovación. El cambio y la mejora continua es su leimotiv que repercute significativamente en la competitividad y el crecimiento empresarial.
Centrándonos en la situación actual de España, la inversión en I+D es de 13.342 millones de Euros, lo que significa el 1,27% del PIB. Es un porcentaje bajo con respecto a los países que más invierten en I+D en Europa, por ejemplo, Suecia invierte un 3,64% de su PIB, Finlandia el 3,47%, Austria 2,56%, Alemania 2,53%, la media de la Unión Europea un 1,83%, en comparación con el país de Europa que menos invierte en I+D que es Chipre con tan solo el 0,45%.
En la siguiente gráfica se observa la evolución de la inversión española en I+D durante los últimos 30 años.
Como se observa se ha realizado un gran esfuerzo pasando de 0,42% del PIB en 1981 al 1,4% en 2009 y 2010. Los efectos de la crisis económica y de los recortes en I+D han hecho retroceder este indicador al 1,27% del PIB cifras cercanas a las existentes en 2005, lo que significa prácticamente una década perdida para situarnos por lo menos en la media de la UE.
Ese retraso también se puede observar al realizar un análisis de la comparación internacional de la financiación empresarial como porcentaje del PIB invertido en I+D. En este aspecto España se sitúa en uno de los últimos lugares según el estudio realizado por Eurostart y la OCDE. De ello se concluye que España deberá hacer un gran esfuerzo inversor no solo en el ámbito público sino también en el privado. En el siguiente gráfico se puede observar dicho fenómeno:
Por último, la situación entre las Comunidades Autónomas (CCAA) también refleja una asimetría en la inversión en I+D. En este aspecto destaca el País Vasco que, actualmente, invierte el 2,09% de su PIB en I+D, indicador por encima de la media de la UE, Navarra el 1,79%, Madrid el 1,50%, Cataluña 1,24%, Andalucía 1,04%, Comunidad Valenciana 0,99%, mientras que las restantes Comunidades Autónomas tan solo alcanzan el 0,78% de media. En el siguiente grafico se observa el esfuerzo inversor en I+D como porcentaje del PIB en cada una de las CCAA:
Está claro que la inversión en I+D, por parte del sector público y privado, deberá ser uno de los temas prioritarios para el nuevo gobierno. Si queremos revertir esta situación en el mediano y largo plazo y si queremos seguir siendo uno de los países más importantes en el contexto Europeo y de la OCDE, se deberá hacer un gran esfuerzo para estimular la Investigación y el desarrollo empresarial. Para ello se deberán proponer cambios que estimulen este tipo de inversión y disponer de más recursos para reducir la brecha. Nos jugamos nuestro futuro como País. ¡Ahora es el momento!
Autor:
Victor Hugo Osorio Cabrera
Consultor Senior Tufinanziacion.com